domingo, 29 de mayo de 2016

el rio Segura seco...



Diario Información 29.05.2016

La acumulación de lodos y la falta de agua son más que patentes en el río Segura a su paso por Rojales. Ayer, el agua brillaba por su ausencia hasta desaparecer por completo en algunos tramos, antes de llegar a la presa del puente de Carlos III de la localidad. Los vecinos apuntaron que la situación se demora desde hace casi una semana. La acumulación de basura y la falta de agua han hecho que desaparezcan los grupos de patos que actualmente se concentran en las laderas del río, obligándoles a desplazarse río arriba ante la escasez de caudal.

Alguien no está haciendo su trabajo, sin más comentarios.

jueves, 19 de mayo de 2016

el regadío en la vega baja del segura


La Vega Baja del Segura está surcada por un conjunto de acequias mayores, acequias menores, brazales,  hilas, regaderas... que llevan hasta el último bancal el agua para riego. La acequias mayores toman el agua directamente de los azudes en el rio.
Todos los regantes (heredamiento) de una acequia son propietarios en común del caudal de su dotación. Cada uno tiene derecho al agua que le corresponde en proporción a la tierra que posee. Es decir, el agua está unida a la tierra. Sin que se pueda separar de ella; y así, quien vende la propiedad de un campo vende con él el derecho al riego y al agua de que es partícipe, sin que en forma alguna pueda reservarse la propiedad de ésta, que queda ligada a la tierra.
El conjunto de tierras que  reciben el agua de una de estas acequias , constituye y forma una Comunidad de Regantes. Esta organización, en la forma comunal dicha, posee el caudal de agua que tiene la acequia como dotación, que nunca es un volumen fijo como el litro o el metro cúbico, sino variable en proporción al caudal total que el río lleve.La Comunidad se encarga, de la manera más sabia posible, de distribuir ese caudal de aguas entre todas las tierras, para que alcance el riego a todas ellas en el momento justo que les corresponde según los turnos o tandas de riego en que se distribuye el caudal. El agua es de todos; si hay mucha en mucha cantidad. Si hay poca, en poca cantidad.
Hoy en día, con la construcción de grandes de embalses con los que quedan reguladas las aguas de los ríos, es fácil controlar los caudales disponibles en cada momento reservando los excedentes en los momentos de lluvias y de grandes avenidas para cubrir las necesidades en los momentos de escasez del curso normal del río (siempre y cuando no se la lleven). Pero sin la existencia de los embalses, las alternativas de grandes avenidas inaprovechables en su totalidad por los regantes contrastando con la escasez de las sequías en el estiaje, producen unas situaciones dramáticas a los regantes; no ya por los peligros de las inundaciones, sino principalmente por la falta de agua para el riego en los años extremadamente secos habituales en una zona de sequia endémica y cíclica. Sobre todo porque en esos momentos en que circulara muy poco caudal de agua por los ríos, las diversas acequias querrían todas llevárselo; y serian las primeras las que dejarian sin aguas a las últimas.

Pero este sistema de acequias, con ser enormemente complicado, y elaborado en función de la máxima eficacia y rendimiento de las aguas, no estaría completo de este modo. Lo verdaderamente sorprendente, lo que indica la profunda cultura del agua en la región desde épocas pasadas, es la existencia, junto a este sistema de conducción y aprovechamiento de las aguas, de otro, tan complejo como el primero. En este segundo sistema, las aguas muertas –las sobrantes después de haber regado bancales y cosechas–, son reconducidas para que sean nuevamente aprovechadas o vertidas al río, de modo que los agricultores situados cauce abajo, puedan regar con ellas. Estos cauces de avenamiento cumplen otra función primordial: descargar los terrenos de la humedad excesiva que tendrían en caso de no ser avenados.
Aquí el sistema es al contrario que el de las acequias: los primeros cauces, encargados de recoger las aguas sobrantes de un regante –escorredores– son los más pequeños, que se reúnen con otros hasta formar las azarbetas, que a su vez desembocan en los azarbes. Estos últimos van a parar a los azarbes mayores, que vierten directamente sus aguas al rio.

En la Vega Baja se comienza por regar con las aguas aportadas al rio `por los azarbes de Merancho y Reguerón, recogidas en la Vega Media murciana, aguas ya utilizadas en regadio y poblaciones.
Las aguas de avenamiento de los riegos de la Vega Baja, recogidas por los azarbes de Abanilla y Mayayo pasan a convertirse en aguas vivas y son reutilizadas aguas abajo sin necesidad de volver al Segura.

Como se ve, la casi totalidad del agua utilizada en regadio en la Vega Baja es agua reutilizada y su volumen depende de los avenamientos y sobrantes de las aguas usadas más arriba en el Segura.
Como agua reutilizada que es ya tiene pagados todos los derechos de canon, depuración, etc y sin embargo los regantes de la Vega Baja vuelven a pagar como si de agua de 1º uso se tratara.
Para más cachondeo la chs pretende medir el agua que se usa en los riegos y sus avenamientos. No sabemos con qué fin porque la medición de entrada a las acequias ya la tiene. Nadie se opone a una nueva medición, pero sí a que se instale por cuenta de los heredamientos. Pretenderán quizás crear la Confederación de las Aguas Residuales del Segura para la Vega Baja, de hecho ya está incumpliendo sus obligaciones como CHS, y llevarse el agua de los pantanos a donde todos sabemos.

A la Comunidad Europea también se lo debemos hacer saber y  de paso averiguar qué ha sucedido con el trapicheo de compraventa de caudales en el Segura.



precio limón 2016 (histórico febrero-mayo)



Estos son los precios medios en origen del limón fino o verna los primeros meses de 2016.
Las partidas sin vender son ya escasas.