Egipto revienta el final de la campaña citrícola valenciana al hundir los precios.
Las valencia-late que en origen se pagan al agricultor valenciano a entre 0,30 y 0,50 €/kg, llegan de Egipto a ese mismo precio, pero en destino, es decir incluyendo los costes de manipulación, transporte y comercialización.
La cuestión, sin embargo, sobrepasa con creces la anécdota y revela un evidente episodio de competencia desleal, tanto desde el punto de vista de los costes de producción –infinitamente más bajos en Egipto–, como sociales –una hora aquí se puede pagar como casi un jornal allí–, como incluso monetaria –la fuerte devaluación de la libra egipcia frente al dólar ha favorecido sus exportaciones, como especialmente fitosanitaria.
La "vara de medir suele ser muy estrecha cuando se trata de la producción española, la que da un servicio más regular y de mayor calidad y reduce hasta casi cero los residuos de estos productos, y muy amplia y generosa cuando puntualmente se trata de países terceros con partidas más baratas".
La naranja de Egipto entra vía Rotterdam (Holanda), donde se sabe que los controles son más laxos y la inspección (fitosanitaria y de calidad) está en manos de los propios importadores holandeses.
Las importaciones citrícolas de la UE al país de los Faraones crecen un 50 %.
Fuente:
Diario Levante
Siempre hemos afirmado que la mujer del panadero no debe comprar el pan en la panaderia de la esquina.
