Esta prórroga permitirá movilizar todos los recursos disponibles, desde el inicio del nuevo año hidrológico ( 1º de octubre), agua procedente de las plantas desaladoras, de los pozos de sequía ubicados en la cuenca y de las cesiones de aguas sobrantes que puedan acordar los regantes entre ellos.
Gracias a estas medidas que ahora se prorrogan la cuenca del Segura ha pasado de tener unas reservas que le garantizaban el agua hasta 2018 a tener una sequia inducida grave por el expolio sufrido, y estar en peor situación que las tierras del trasvase que cuentan con el agua del Tajo, de las desaladoras y, la que le falte, del Segura.
Para los regadios tradicionales de la Vega Baja quedará el agua salobre de los pozos de sequia y tendremos que seguir sufriendo, por ejemplo, que quien tiene dotación de agua en la cola del rio, venda este agua porque también tiene concesión de agua del trasvase, y no se llevan el agua de la cola del rio, que es la que les corresponde, no, se la llevan de los pantanos y además cobrando.
Es normal que nos tomen por imbéciles.
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