jueves, 10 de septiembre de 2015

a la rica agua desalada



No se sabe lo que habría costado finalmente el agua del Ebro, lo que sí está comprobado es que los regantes no pueden pagar el agua desalinizada, después de que se hayan invertido más de 2.000 millones de euros con una fuerte inyección de fondos europeos, cuya devolución exige ahora Bruselas porque las fábricas de agua no funcionan por falta de clientela.
Las desaladoras son como un Ferrari guardado en el garaje porque no hay dinero para pagar la gasolina. La alternativa de Zapatero y Cristina Narbona al trasvase del Ebro se parece cada vez más a los aeropuertos sin aviones.

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